jueves, 8 de febrero de 2018

Sandra López

¡¡¡GRACIAS  SEÑOR  POR  PEDRO!!!




Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame!
Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.
Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Mateo 14:28-33

De seguro si hiciéramos una encuesta sobre cual de los discípulos de Jesús nos agrada más, tendríamos muchas opiniones diferentes. 
EL tranquilo Juan, el diligente Mateo, el dudoso Tomás, y así seguimos.

En lo personal le doy muchas gracias a Dios por haber pensado en Pedro para ser uno de los discípulos y luego apóstol de nuestro Señor Jesús.
Un hombre tan común, tan humano. 
Un hombre que dudaba, temía, traicionaba, mentía.
Con arrebatos de fe que fácilmente decaía.
Tal vez uno de los pasajes que más claramente lo describe, es el que compartimos arriba. 
Ya llevaban un tiempo los discípulos conviviendo, habían participado de varios milagros.
Un rato antes una multitud de más de diez mil personas fueron alimentadas con solo cinco panes y dos peces y ellos fueron testigos.
Ahora van en una barca rumbo a la otra orilla, mientras Jesús se retira a orar. 
En un momento se desata una tormenta en el mar y en medio de la noche ellos ven a Jesús ir hacia ellos, caminando sobre el mar.
Es cuando Pedro (siempre Pedro), se dirije al Señor y le dice : Bueno si de verdad eres nuestro maestro, dime que yo también camine sobre el agua.
Ay Pedro,la duda siempre demandando prueba.
La respuesta del maestro fue: Ven.
Ante la mirada atónita de sus compañeros comienza el discípulo a caminar como en terreno firme, sobre el mar.
-Increíble, es asombroso- las declaraciones en general.
Era algo sorprendente, estaba caminando y no se hundía, la mirada fija en su maestro, paso firme y seguro.
De pronto sintió el viento silbando en sus oídos, notó las olas que golpeaban entre ellas con dureza, bastó un instante para mirar alrededor y darse cuenta que al quitar la mirada de su maestro comenzaba a hundirse.
Los gritos se oían como truenos en medio de la tormenta.
Imploraba salvación, Jesús interviene y preguntando a Pedro porque dudaba, entonces calmó la tempestad para asombro de todos.

Te dije que este pasaje de algún modo delataba la naturaleza del querido Pedro.
Naturaleza que muchos compartimos.
En medio de las luchas y circunstancias adversas solemos decir : Señor tu tienes poder así que se que si estás conmigo voy segura, nada me detendrá.
Nos ponemos de pie y damos pasos seguros, confiados sobre nuestro mar.
Pero igual que le sucedió a Pedro, los golpes de los problemas, los vientos de las inseguridades nos distraen por un instante y nuestra mirada se desvía.
Un instante es suficiente para perder de foco a Aquel que dirige nuestro andar. Ese momento es suficiente para lograr desequilibrarnos.
Nuestros pies ya no están seguros, nuestros pasos no son firmes.
Tomamos conciencia que nos hundimos bajo el mar de circunstancias adversas que nos rodean y solo nos queda clamar para que nuestro socorro acuda del único lugar que puede venir, del trono de la gracia.

Nuestro grito de auxilio llega al mismo cielo, nuestro abogado responde acudiendo con amor y misericordia.
Toma nuestra mano, nos pone en lugar seguro y se hace cargo de toda tormenta adversa.

Aunque dudamos, El está, porque en todo tiempo tiene cuidado de nosotras.
En todo tiempo, no importa que estamos pasando, Su mano viene en nuestro auxilio.
No dudemos en buscarlo, tratemos de caminar sin desviar nuestra mirada de la suya.
Pero si eso ocurre, recordemos que su amor porfiado y su misericordia infinita están ahí para socorrernos.

Qué bueno que Pedro fue elegido, que yo fui elegida, que tu eres elegida. 
Dios obra de manera perfecta a través de personas imperfectas.
No desmayes si tu fe titubea, sigue caminado con tu mirada en el único capaz de cambiar tu historia.

Nos leemos pronto, Dios te bendiga mucho.
Hasta la próxima.



NO TE OLVIDES DIOS TE AMA Y NOSOTRAS TAMBIEN.

No te vayas sin dejarnos un comentario y comparte para bendecir a otros.

2 comentarios:

  1. Muy bueno!!! Gracias por compartir y alentarnos a seguir adelante

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  2. Muchas gracias por leer y comentar. Dios te bendiga y ayude a seguir adelante cada día. Abrazo enorme.

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